viernes, 23 de noviembre de 2012

House of the Devil: el miedito de que no te cuenten nada

Veréis, modernas máquinas de leer, hay un tipo de películas que tienen como estructura la siguiente: empieza -> no pasa nada en una hora -> parece que se pone interesante -> va y se acaba. A la hora de enfrentarse a estas películas en las que “no pasa nada”, hay una cosa muy clara que tener en cuenta: el género. Cuando el género es “drama”, por ejemplo, te encuentras con Tokio Blues, una cinta en la que se ve sobre todo trigo meciéndose, gente en silencio y alguna vez se oyen frases sobre pajas y pollas demasiado grandes, todo ello con un aire de “estoy haciendo arte” que tira para atrás (y por eso la llamo "cinta", porque es como la llaman los guays). Vamos, una puta mierda, normal teniendo en cuenta que es una adaptación fílmica de un libro de Murakami, que hace libros en los que no pasa nada, según las cábalas de Arturo Pérez Reverte. Pero cuando el género es “terror”, lo que te encuentras son cosas como Paranormal Activity o esta película de Ti West, es decir, una película en la que continuamente parece que va a pasar algo chungo que nunca llega a pasar, y eso genera una tensión tan efectiva que como pase lo mínimo saltarás como un resorte.

Claro, un espectador medio cualquiera podría decirme: "pero Doctor, Paranormal Activity es una mierda que lo que es miedo miedo, no da, yo salí del cine francamente decepcionado, por mucho que los críticos y usted la pongan por las nubes". Y yo responderé "¿quién es usted y por qué se dirige a mí como si me conociera?". Pero el caso es que algo de razón no le falta, y por eso recomendar esta película es complicado si quieres seguir teniendo amigos. Porque sí, a mí la tensión conseguida con esa forma de narrar me parece cojonuda, pero entiendo que quien no esté acostumbrado pueda acabar frustrado. A mí es precisamente esa frustración lo que me gusta porque me crispa los nervios, y sinceramente, si una película de terror no consigue crisparme los nervios es que algo está haciendo mal. Total, siempre digo que sigo viendo películas de miedo porque después de tanto tiempo me siguen dando miedo, si no, ¿qué sentido tendría? 

Seguramente también influye en mi estado de ánimo al ver esto el darme cuenta al empezar de que el inicio es clavado a la forma de hacer primeras escenas y créditos de las películas de terror de los años 70 (70, ¿oís? 70, no 80, ¡coño!), que como son las que ponían en la tele cuando yo era pequeño y no me dejaban dormir (porque yo de pequeño era un cagao de campeonato) seguramente apelen a algo que tengo en el subconsciente y todavía no ha salido.


Podría ser House of the Devil como podría ser La Última casa a la Izquierda.


Por eso me planteo el resto de esta entrada no como una forma de contar aspectos técnicos de la susodicha peli, en si está rodada en Super 8 o en 35 mm ni ninguna cosa parecida. No suelo tener mucha idea de ese tipo de cosas, pero sí que suelo tener idea de lo que pienso y padezco cuando veo cine, y esa es la forma en la que está tratado esto, como un reflejo del esquema mental que mi cabeza alterada por Ti West iba formando a medida que veía la película incluso más que como recomendación. Soy como James Joyce con lo del stream of conciousness pero sin ser pretencioso, coñazo y directamente gilipollas (o un poco eso último sí).

House of the Devil dura poco porque si durara más a mí me daría un infarto, y en ese sentido el director ha sido misericordioso y ha desatado todo el horror en los últimos 15 minutos de metraje, pero ha conseguido crear ese latigazo final a base de otra hora de metraje en la que, esencialmente y como llevo diciendo desde el principio, no pasa nada. En esencia es la historia de una chica a la que tú supones desde el principio que le va a pasar algo, pero a ese maldito director con pintas de friki rarito de clase no le da la gana contártelo ¡maldito hijo de perra!

¡Pero míralo! ¿Qué pintas son esas? ¡Córtate esas greñas, hippy!

Sobre el papel, lo que nos cuenta House of the Devil es la típica historieta de una chica mona y pequeñita de los Estados Unidos que no tiene trabajo y deja las pizzas a medias (una constante, por cierto, todas las pizzas de esa película saben fatal, o eso dice el guión) y acepta un encargo de un señor alto y de refinadas pero extrañas maneras en el que tiene que hacer de niñera. Digamos, por no reventar nada (aunque ya digo que no pasa realmente nada en toda la primera hora) que el encargo no es exactamente hacer de niñera, pero ella lo acepta igual por la pasta, como haría cualquiera, visto como está la cosa, nos ha jodío... y todos esos chascarrillos que hay que decir en estos casos porque estamos en crisis y toca decirlos.

Y con un poco de pinta de hipster, las cosas como son

Pero es realmente cuando la chica mona y pequeñita se queda sola en la casa cuando la tensión crece, porque se pasea por toda la casa bailoteando con un walkman como si allí no pasara nada cuando tú sabes... porque, joder, es una película de terror y ahí pasan cosas, que le va a pasar algo. Y algo chungo, algo jodido. Algo diabólico, seguro, porque la peli se llama “House of the Devil”, maldita sea, ahí va a haber algo de satanismo o espiritismo o algo, o de ouijas... ay que me da que no duermo esta noche... vamos, algo que saldría en Cuarto MilenHIJO DE PUTA, ¿POR QUÉ TANTA TENSIÓN? ¿QUÉ QUIERES QUE ME DE UNA ARRITMIA TAIGÜES DE LOS COJONES? ¿POR QUÉ NO PASA TODAVÍA?Ese es más o menos un resumen del esquema mental que me provocó la penúltima parte de la película, y en ese momento en el que se desata, el que estaba esperando todo el tiempo desde que empezó... bueno, en fin, esa noche, efectivamente, no dormí, igual que cuando era pequeño.

Así que ¿me gustó la película? Sí, mucho, y odio a Ti West tanto como amo su forma de hacer cine en el que todo pasa en 15 minutos y te quedas con la sensación de confusión de no saber qué ha pasado, por qué y por qué tan rápido. Ahora bien ¿la recomiendo? Es difícil, porque hay que tener mucha paciencia para esperar por una cosa que puede que te desconcierte o incluso te frustre, y hay que tener en cuenta que, como ya dije antes, yo soy bastante impresionable y la veo con un punto de nostalgia que seguramente es lo que busque también el director. Entonces, es más dejar que, a riesgo de cada cual, vean la cinta y se caguen en mis muelas o me lo agradezcan. Yo ahí lo dejo, por si alguien quiere cogerlo, y me pueden apedrear en los comentarios si me lo merezco. 

Bueno, pues entonces como yo, por eso me gusta este engendro de peli.

1 comentario:

  1. Jajajajajaja. Que grande. Sin duda tu forma de opinar hace que te den ganas de ver las cosas aunque sean una mierda o no sólo para saber si reaccionamos igual que tú.
    Maldito Doctor, a lo mejor un día le hecho un vistazo.
    (Ay, como me he reído por Dios...)

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